Cómodo y su vínculo con Hércules.
Cómodo y su vínculo
con Hércules.
Alejado de las inclinaciones filosóficas
de su padre, y a pesar de haber sido educado en un ambiente intelectual y no
militar, Cómodo mostró durante toda su vida un gran orgullo por su físico.
Todas las fuentes antiguas dictaminan que era hombre muy bien parecido y que
por ello ordenó que se erigieran estatuas suyas vestidas de Hércules por todo
el Imperio. Cómodo creía realmente que era la reencarnación del semidiós hijo
de Júpiter y por ello trató de emular sus hazañas realizando apariciones en la
arena en las que se enfrentó a diversos animales salvajes. El emperador era
zurdo y estaba orgulloso de ello. Dión Casio y los autores de la Historia
Augusta escriben que era un experto arquero, capaz de abatir a soldados
enemigos a galope y sin errar un tiro. En una de sus apariciones en la arena
del anfiteatro se enfrentó a una pantera a la que venció en singular combate.
Busto
de Cómodo vestido como Hércules.
Cómodo
Lucio Aurelio Cómodo Antonino (31 de
agosto de 161-31 de diciembre de 192), comúnmente conocido como Cómodo, fue
emperador del Imperio romano entre los años 177 y 192. Hijo de Marco Aurelio y
Faustina la Menor, nació en Lanuvium y fue el último miembro de la dinastía
Antonina. El nombre dado aquí es el oficial que recibió a su ascenso al trono.
Cómodo fue el primer emperador que
sucedía en el trono a su padre desde el reinado de Tito. El joven hijo de Marco
Aurelio fue también el primer emperador «nacido para la púrpura» (símbolo de
realeza romana), ya que era el primero que, en el momento de nacer, ya era
considerado un heredero oficial al trono (su padre por entonces ya había
ascendido al trono).
Su gobierno puede dividirse en dos
fases:
177-180. Reinado conjunto con su padre,
Marco Aurelio. En esta etapa las acciones de Cómodo se pueden definir como
moderadas. Entre otras cosas, Cómodo luchó con los ejércitos del Danubio.
180-192. Gobierno en solitario. El modo
de reinar del joven fue degenerando en una paranoia incontrolable que llevó al
Imperio romano a una de sus mayores crisis desde los gobiernos de Calígula,
Nerón o Domiciano.
Hercules
Hércules
Hijo de Zeus y de Alcmena, esposa de
Anfitrión, fue concebido en una triple noche, sin que por ello se alterase el
orden de los tiempos, ya que las noches siguientes fueron más cortas.
Se dice que el día de su nacimiento
resonó el trueno en Tebas con furioso estrépito, y otros muchos presagios
anunciaron la gloria del hijo del dueño y señor del Olimpo. Alcmena dio a luz
dos mellizos, Heracles e Ificles. Anfitrión deseando saber cuál de los dos era
su hijo, envió dos serpientes que se aproximaron a la cuna de los mellizos. El
terror se apoderó de Ificles, quien quiso huir, pero Heracles despedazó a las
serpientes y mostró ya entonces, que era digno hijo de Zeus.
Por otro lado, Hera, movida por los
celos, resolvió eliminar al recién nacido enviando contra él a dos terribles
dragones para que le despedazasen. El niño, sin el menor espanto, los trituró e
hizo pedazos.
Palas logró que se apaciguara la cólera
de Hera hasta el extremo de que la reina de los dioses consintió en darle de
mamar de su pecho al hijo de Almena. Se cuenta que Heracles, abandonando el
pecho, dejó caer algunas gotas de leche que se derramaron sobre el cielo,
formándose de esta singular manera la vía láctea o camino de Santiago.
Los maestros más hábiles se encargaron
de la educación de Heracles, Autólico le enseñó la lucha y la conducción de
carros; Eurito, rey de Elia, el manejo del arco: Eumolpo, el canto; Cástor y
Pólux, la gimnasia; Elio, le enseñaba a tocar la lira y el centauro Quirón, la
astronomía y medicina.
Su desarrollo físico fue extraordinario
y su fuerza portentosa. Heracles era un gran bebedor, y su jarro era tan enorme
que se necesitaba la fuerza de dos hombres para levantarlo.
Ya mozo, Heracles se retiró a un lugar
apartado para pensar a que género de vida se habría de dedicar. En esta
oportunidad se le aparecieron dos mujeres de elevada estatura, una de las
cuales, la Virtud, eran hermosas, tenía un rostro majestuoso y lleno de dignidad,
el pudor en sus ojos, la modestia grabada en sus facciones y vestía de blanco.
La otra llamada, Afeminación o Voluptuosidad, de líneas onduladas y color
rosado, miradas encendidas y llamativo vestido, manifestaba claramente sus
inclinaciones.
Cada una de las dos procuró ganarlo para
sí con promesas, decidiéndose Heracles por la Virtud. Abrazó así el héroe por
su propia voluntad un género de vida duro y trabajoso.
Cuando Heracles creció, Hera vertió en
su copa un veneno que lo enloqueció y esta locura hizo que Heracles matara a su
mujer y a sus propios hijos confundiéndolos con enemigos. Como castigo fue
enviado con el primo de Hera, Euristeo, para servirle por 12 años. Euristeo,
estimulado por Hera, siempre vengativa, le encomendó las empresas más duras y
difíciles, las cuales se llamaron los doce trabajos de Heracles. Estas fueron:
El león de Nemea, la hidra de Lerna, el jabalí de Erimanto, las aves de
Stinfálidas, la cierva de Artemisa, el toro de Creta, los establos de Augías,
robar los caballos de Diomedes, robar las manzanas de las Hespérides, arrebatar
el cinturón de Hipólita, dar muerte al monstruo Gerión, y arrastrar a Cerbero
fuera de los infiernos.
De todos ellos salió victorioso el héroe
y son otros muchos los que asimismo se le atribuyen, pues casi todas las
ciudades de Grecia se vanagloriaban de haber sido teatro de algún hecho
maravilloso de Heracles. Exterminó a los centauros, mató a Busilis, Anteo,
Hipocoón, Laomedonte, Caco y a otros muchos tiranos; libró a Hesione del
monstruo que iba a devorarla, y a Prometeo del águila que le comía el hígado,
separó los dos montes llamados más tarde columnas de Heracles, etc.
El amor, pese a las numerosas hazañas
realizadas por el héroe, ocupó intensamente el espíritu y el cuerpo de
Heracles. Tuvo muchas mujeres y gran número de amantes. Las más conocidas son
Megara, Onfalia, Augea, Deyanira y la joven Hebe, con la cual se casó en el
cielo, sin olvidar las cincuenta hijas de Testio, a las cuales hizo madres en
una noche.
El odio del centauro Neso, unido a los
celos de Deyanira, fueron la causa de la muerte del héroe. Sabedora esta
princesa de los nuevos amores de su esposo, le envió una túnica teñida con la
sangre del centauro, creyendo que con ello impediría que amara a otras mujeres.
Pero apenas se la puso el veneno del que estaba impregnada hizo sentir su
funesto efecto, y penetrando a través de la piel, llegó en un momento hasta los
huesos. En vano procuró arrancarla de sus espaldas; la túnica fatal estaba tan
pegada a la piel que sus pedazos arrastraban tiras de carne.
Las más espantosas imprecaciones contra
la perfidia de su esposa brotaron de los labios del héroe, y comprendiendo que
se acercaba su última hora, constituyó una pira en el monte Oeta, extendió
sobre ella su piel de león, y echándose encima mandó a Flictetes que prendiera
fuego y cuidase sus cenizas.
En el mismo instante en que comenzó a
arder la pira, se dice que cayó un rayo sobre ella para purificar lo que
pudiera quedar de mortal en Heracles. Zeus lo subió al Olimpo y lo colocó entre
los semidioses.
Hércules es un héroe y un dios romano.
Él era el equivalente del héroe divino griego Heracles, que era el hijo de Zeus
(equivalente romano Júpiter) y el alcmena mortal. En la mitología clásica, Hércules
es famoso por su fuerza y por sus numerosas aventuras de gran alcance.
Los romanos adaptaron la iconografía y
los mitos del héroe griego para su literatura y arte bajo el nombre de
Hércules. En el arte y la literatura occidentales posteriores y en la cultura
popular, Hércules es más comúnmente usado que Heracles como el nombre del
héroe. Hércules era una figura multifacética con características
contradictorias, que permitió a artistas y escritores posteriores escoger y
elegir cómo representarlo.
Esta muy interesante y completo tú trabajo compañera. 🤗
ResponderBorrarFelicidades
Esta muy bien explicado
ResponderBorrarMuy interesante mi moni
ResponderBorrarmuy bien
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarBuen trabajo
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